Barreras en el acceso a la cultura y la programación cultural en las personas migrantes.

Es básico tener una visión más inclusiva y respetuosa de la cultura como un derecho que refuerza nuestra dignidad y convivencia.
El acceso a la cultura se trata de derechos humanos esenciales que buscan garantizar el acceso y disfrute de la cultura en condiciones de igualdad, respeto a la dignidad humana y libre de discriminación.
Estos derechos están vinculados al arte y la cultura en su sentido más amplio. Su propósito es asegurar que tanto las personas como las comunidades puedan acceder a la cultura y participar en aquella que elijan.
Incluyen aspectos como el idioma, la creación cultural y artística, la participación en actividades culturales, el patrimonio cultural, los derechos de autor, los derechos de las minorías y el acceso igualitario a la cultura. Además, están profundamente ligados a la identidad tanto individual como colectiva.
Cuando hablamos de «barreras», nos referimos a todo aquello que se interpone y nos complica acceder a algo, lo que nos limita disfrutar o aprovechar lo que debería estar a nuestro alcance. Estas barreras afectan sobre todo a grupos históricamente marginados, a personas sin recursos o en situaciones de vulnerabilidad. Por ejemplo, muchas veces es difícil participar en la vida cultural de nuestras comunidades porque no hay acceso equitativo o porque no se reconoce nuestra identidad y diversidad.
En ocasiones ir a un museo, al teatro o a un concierto puede ser impensable por los precios. En ciertos barrios, especialmente en aquellos con más diversidad étnica y racial, simplemente no hay infraestructura cultural o bien la programación cultural no se hace pensando en que otros grupos raciales puedan acceder bien por los horarios, por las temáticas o bien por la falta de representación. La falta de una educación de calidad también limita para entender y valorar estas actividades culturales.
A esto le sumamos el hecho de que las lenguas minoritarias, como las de origen africano, indígenas o del Medio Oriente, enfrentan discriminación o ni siquiera tienen representación en espacios culturales. Lo mismo pasa con el acceso digital: si no tienes internet o dispositivos, estás fuera del juego cultural en este mundo digitalizado. Además, muchas políticas culturales o leyes, como la de derechos de autor o de extranjería, complican todavía más las cosas.
Estas trabas limitan la representación de culturas y dificultan la participación de artistas y creadores en contextos vulnerables. En pocas palabras, hay un montón de gente que no siente que la cultura sea «para ellos», ya sea por los espacios, las dinámicas o la exclusión en sí misma.
Para romper con estas barreras, necesitamos soluciones reales y políticas inclusivas que nos permitan a todos, sin importar nuestro origen, raza o situación económica, disfrutar y contribuir a la vida cultural.
Por ejemplo, priorizar proyectos culturales con impacto social desde los barrios más diversos. Acercar museos, bibliotecas y centros culturales a barrios con más diversidad étnica. Crear becas y programas gratuitos para que más personas puedan acceder a actividades culturales. Promover el acceso gratuito o barato a actividades culturales para personas de bajos recursos, estudiantes y mayores. Pueden ser herramientas para acercar la cultura a los barrios con mayor diversidad étnico racial, como el barrio San Francisco en Bilbao y además facilitar a las personas migradas y racializadas a ser agentes activos dentro de las programaciones culturales.
Proyectos como Parabolikak impulsado por Karraskan desempeñan un papel crucial en la visibilización de las mujeres en la cultura entendiendo toda la diversidad que hay en este campo. Al ofrecer plataformas para que estas mujeres expresen sus voces y compartan sus experiencias, estos proyectos desafían los estereotipos y contribuyen a construir una narrativa más inclusiva y diversa. Además de ser una oportunidad para que las mujeres se conozcan lo que facilita las relaciones entre mujeres que de desarrollan en el mundo de la cultura.
Parabolikak es una iniciativa que ayuda a fortalecer el empoderamiento de las mujeres, fortalecer su identidad cultural y les permite participar activamente en la sociedad. De esta manera se contribuye a construir comunidades más justas y equitativas, donde todas las voces sean escuchadas y valoradas.
Es básico tener una visión más inclusiva y respetuosa de la cultura como un derecho que refuerza nuestra dignidad y convivencia.
Jatou Fall. Miembro de la asociación sociocultural Devenir.

- No hay comentarios recientes disponibles.